El uso de la tecnologia en la desobediencia civil: Efecto "Tsunami Democràtic"

Desde los inicios de la Desobediencia Civil, cuando el filósofo libertario Henry David Thoreau describió dichos principios en su obra "Desobediencia Civil" (1849), muchos personajes históricos han aplicado estas bases para reivindicar más derechos.

El uso de la tecnologia en la desobediencia civil: Efecto "Tsunami Democràtic"

Desde los inicios de la Desobediencia Civil, cuando el filósofo libertario Henry David Thoreau describió dichos principios en su obra "Desobediencia Civil" (1849), muchos personajes históricos han aplicado estas bases para reivindicar más derechos.

Tanto León Tolstoy, como Gandhi o Martin Luther King, fueron influenciados por la obra de Henry David Thoreau. Las ideas e intenciones de esta obra iban mucho más allá de un egoísmo individualista, ya que todo esto empezó porque el gobierno de entonces le obligaba a pagar unos impuestos que después iban a ser utilizados para financiar una guerra que él consideraba injusta.

Así que Henry David Thoreau creó una obra para explicar una forma de resistencia pacifica no violenta pero firme, ni mucho menos pasiva y que tenía mucho de renuncia.

Desde entonces han habido diferentes sucesos históricos dentro de la desobediencia civil. Un ejemplo sería el propio Henry David Thoreau negándose a pagar el impuesto para una guerra injusta, o Mahatma Gandhi luchando contra las leyes que discriminaban a los indios en Sudáfrica en 1893 o incluso Desmond Tutu llamando a la desobediencia civil para acabar con el racismo del apartheid.

De cualquier modo, los tres tenían en común el fin de articular sus discursos y asumirlos como ejemplo de participación política masiva y como movimientos de cambio social sin importar el momento político de cada país.

Mahatma Gandhi usó esta estrategia en la India, cuando aún pertenecía al Imperio Británico y era una colonia, con el objetivo de lograr la independencia de forma no violenta. Se hizo un llamamiento a boicotear al gobierno colonial inglés, mediante huelgas, movilizaciones y violando la autoridad impuesta. El objetivo era demostrar que de forma pacifica, se podría obtener mejores resultados que con la violencia en forma de lucha armada -y más cuando tienes de enemigo al Imperio Británico-.

Otra personalidad destacada de la que hemos hablado, fue Martín Luther King, líder del Movimiento por los Derechos Civiles y que también practicó la desobediencia civil. Utilizó el mismo método de Mahatma Gandhi, a partir del boicot y mediante huelgas y movilizaciones.

Y no quiero hablar de desobediencia civil sin mencionar las más de mil mujeres que en 1913 habían pasado por las cárceles inglesas acusadas de cometer actos ilegales, públicos y no violentos dentro de la lucha por el sufragio femenino donde cientos de ellas realizaron huelgas de hambre.

Desobediencia civil en la actualidad

Parece ser que en la actualidad, el concepto de desobediencia civil y otros conceptos cercados vuelven a coger sentido en nuestras vidas. Y es que por ejemplo, si buscamos en Google Trends algunos conceptos vemos que en los últimos meses han ido creciendo:

Google Trends

Cabe decir, que estos datos los genera Google y pueden ser más o menos verídicos, pero en cualquier caso, tampoco son de fiar -o de base para un artículo-.

Sea como sea, lo que es cierto es que en nuestro país se han mencionado más en todo tipo de tertulias. Ya sea en platós de televisión o en la cafetería, todo el mundo habla de la desobediencia civil, de la no violencia, de la resistencia pasiva, de pacifismo, o de cualquier acto que tenga como eje la defensa de los derechos sociales a partir de actos que no ejerzan la violencia para conseguir el objetivo.

Desobediencia civil en la actualidad: Tsunami Democràtic

Desde que empezó el proceso catalán de independencia del Estado Español por allá el 2012 -aunque es cierto que es de hace mucho más- la parte de Catalunya a favor de la independencia ha utilizado en varios ocasiones la desobediencia civil como herramienta para defender un objetivo: la independencia de Catalunya.

Desde la campaña del "No vull pagar" (No quiero pagar) donde la gente colapsaba los peajes del territorio y se negaban a pagar el peaje hasta el Referéndum de Catalunya del 1 de Octubre del 2017, el movimiento independentista ha ido practicando la desobediencia civil contante y de forma firme -más o menos, pero ahora no nos pondremos en plan indepe crítico-.

Campaña "No Vull Pagar" del 2012

Tras la encarcelación preventiva de los líderes políticos catalanes el movimiento independentista quedó un poco tocado y desanimado. Si bien es cierto, mucha gente tenía un pensamiento común y era el de "repetir un 1 de octubre" y volver a dejar que la gente se empoderaran de la calle.

Después de 2 años de prisión preventiva, se iba a dar una respuesta social no violenta al saberse la sentencia del tribunal que había encausado a los políticos presos catalanes. Y es aquí donde aparece Tsunami Democràtic.

Día de la sentencia: acción en la calle

Al saberse la sentencia de los presos políticos los cuales iban a ser condenados a más de 100 años de prisión conjunta (13 años para Oriol Junqueras, 11,5 años para Carme Forcadell, 9 años para Jordi Cruixart y Jordi Sànchez, 12 años para Raúl Romeva, Josep Turull y Dolors Bassa, 10 años para Joaquim Forn y Josep Rull y un año para Santi Vila, Carles Mundó y Meritxell Borràs) se activó y se hizo un llamamiento para que todo el mundo fuera a Barcelona.

Al publicarse la información de las sentencias, desde el Canal de Difusión de #TsunamiDemocràtic pedía que la gente se desplazara al Aeropuerto El Prat de Barcelona -no pienso llamarle Josep Tarradellas-.

Como era previsto, los transportes públicos se colapsaron, la ciudad se colapsó por todos los cortes de carreteras y todo el mundo se desplazaba para el Aeropuerto con el objetivo de parar su actividad.

Tras hacer la presión social no violenta suficiente para cancelar hasta más de 150 vuelos y tras las duras cargas policiales por partes del cuerpos del estado como la Policía Nacional o los Mossos d'Esquadra -donde por cierto un chico de 22 años ha perdido un ojo- desde el canal de Telegram se comparte un enlace para descargar una aplicación móvil.

Tecnología y Desobediencia Civil

Es irrefutable que Mahatma Gandhi o Martin Luther King no tenían el nivel de tecnología que tenemos actualmente, la desobediencia civil al final se realiza de la misma forma. Lo único que cambia, son las formas de comunicación, ya que por entonces no existían formas de mensajería instantánea o redes sociales.

Gracias a la tecnología, se puede llegar a mucha más gente en mucho menos tiempo y la organización sigue formando parte de la gente que está en la calle. Y desde que instalé la APP de #TsunamiDemocràtic estoy dándole un poco de vueltas a todo esto.

Según informan en la web de la APP, dicha aplicación es cooperativa, confiable y segura. Cooperativa debido a que por lo visto se podrá compartir tu disponibilidad y recursos. Confiable porque únicamente la puedes usar si alguien de tú circulo de confianza te proporciona un código QR y Segura porque no requiere ningún tipo de registro para utilizarla -y según dicen, no genera ningún tipo de dato-.

Y la verdad es que la APP me tiene intrigado. En primer lugar, es necesario que la APP se "active". Y la activación no se hace a partir de un actor central, si no que la activa con "una persona de tu entorno próximo". Esto podría ser para evitar infiltraciones y operaciones de "falsa bandera".

A simple vista, tiene toda la pinta de que se trata de una APP para coordinar a la multitud de forma rápida. En la APP se asegura que habrá más actos reivindicativos pero no esclarece el "dónde", por lo que parece que de alguna forma se comunicará de donde hay que ir con algún mecanismo de "streaming".

Los servidores de descarga de la APP (https://app.tsdem.org, entre otros) estaban sobrecargados e intermitentemente caídos al momento de publicitarse. Yo mismo comprobé que había un error con la base de datos. Y me sorprendió que para este tipo de cosas se usaran bases de datos. Porque la dirección web estaba detrás de CloudFlare (que proporciona el servicio de DDoS en la cuenta gratuita) para evitar sobrecargos. Finalmente he comprobado que han acabado poniendo la web en una GitHub Page (https://github.com/s3rrallonga/s3rrallonga.github.io) detrás de CloudFlare (en la redirección).

De todos modos, a pesar de tener CloudFlare detrás, cayó demasiado rápido. Y eso es un indicativo de o que hay cientos de miles de personas descargándola o hay un intento (seguramente ineficaz) de dificultar su descarga mediante algún tipo de ataque.

Para evitar la censura de Google o Apple, es necesario descargar la APP desde otro sitio, ya que subir la APP en Play Store o App Store podría pasar lo mismo que sucedió con el 1-O que bloquearon la APP.

Por lo que parece, sea quien sea que hay detrás de todo esto, es alguien que tiene claro como funcionan las cosas. Detrás de todo esto hay pensada una arquitectura informática para descentralizar y anonimizar la difusión de la información y de esta forma, empoderar a las personas coordinados a través de canales sociales que son indemnes al cierre de un dominio.

Generalmente, cuando se cierra un dominio por requerimiento de un juez ante los ISP, a parte de atacar directamente con la neutralidad de la red como se hizo con la web del referéndum, no es muy útil. No sirvió tampoco para la web de wikileaks.org o referendum.cat -que por cierto, vuelve ha estar activa-. Censurar una web de forma administrativa, no sirve de nada, porque desde fuera de ese muro es accesible. Poner límites jurídicos a Internet es absurdo.

La APP podría funcionar como cliente para descargar vía P2P un calendario de los próximos objetivos y podría estar circulando ya con algún cifrado asimétrico. Con esto únicamente bastaría difundir públicamente una clave para hacerlo accesible a todos los que tengan la APP. O que de alguna forma colectiva todo el mundo pueda decidir a dónde ir -en plan una encuesta y que de forma democrática se escoja)-.

Sea como sea, cuando tengamos más información, seguramente hable de ello como hice con la web del referéndum. De alguna forma, estamos asistiendo por primera vez a una revuelta social donde la tecnología tiene un papel principal.

La seguridad informática

En cierta medida, estamos viviendo un momento donde no sólo la tecnología se utiliza para espiar a los ciudadanos, si no que los ciudadanos la están utilizando para reivindicar de forma pacifica algunos cambios político-sociales.

Y este empoderamiento es posible a que toda la gente que el otro día salió a la calle tuvo la confianza plena en la gente que hay detrás del Tsunami Democràtic. Porque para mi, y esto es muy personal, lo primordial para que la seguridad informática se de de forma adecuada -y para que reivindicaciones grandes lleguen a buen puerto-, es que exista una confianza previa y una conciencia colectiva de no decir nada a nadie que pueda ser bando contrario.

Pasó con las urnas el 1-O, donde ni los más listos del CNI supieron donde puñetas se encontraban y pasará con esta semana y los meses que queden, porque si alguien cree que vamos a estar callados hasta 2030, es que no sabe de lo que somos capaces.