Proyecto Aquila: el fin de una era

Tan sólo tenía 9 años cuando oí hablar a mis padres del Proyecto Aquila. Era una red de búnkeres de alta tecnología que permitía sobrevivir de cualquier tipo de catástrofe a unas 10 personas.

Proyecto Aquila: el fin de una era

Tan sólo tenía 9 años cuando oí hablar a mis padres del Proyecto Aquila. Era una red de búnkeres de alta tecnología que permitía sobrevivir de cualquier tipo de catástrofe a unas 10 personas.

Tenía absolutamente de todo, sistemas de vigilancia, sistemas de depuración de aire, huerto urbano, sala de operaciones, provisiones para más de 10 años... Incluso defensa perimetral de 5km.

No olvidaré jamás ese día, mi padre llegó a casa gritando que nos teníamos que ir y que no quedaba tiempo. Cogimos lo primero que teníamos encima y nos metimos en el coche. Yo estaba asustada y no entendía nada de lo que ocurría.

Recuerdo que en la radio decían que algunas grandes ciudades de Europa estaban inaccesibles y que había muchos muertos. Algún tipo de epidemia estaba aniquilando la raza humana.

No todo el mundo tenía acceso a ese tipo de búnkeres, de hecho, mi padre tenía acceso porque trabajaba para el Proyecto Aquila. Éramos unos afortunados.

No sabíamos que estaba ocurriendo en las demás ciudades, solo escuchábamos por la radio que ciudades como Copenhague​ o Paris habían caído por el virus.

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Llegamos al búnker número 47. Estaba en medio del bosque, en una zona de acceso complicado pero al fin estábamos a salvo. Mi padre, nada más llegar, fue a por un traje protector anti-radiación y nos dijo que tenía que salir, que él era el único que podía solventar todo esto.

Yo era pequeña y tenía miedo. Lo único que sabía es que allí afuera había algo peligroso y que mi padre iba a salir. Vi a mi madre discutir con él en la sala de al lado.

10 años después

Mi padre nunca volvió. No sabemos si está vivo o muerto. Mi madre murió a los 4 años de permanecer en el búnker. Murió cuando tenía 14 años y nunca supe cual fue el motivo. Nunca despertó.

Tocaba sobrevivir sin nadie que me acompañara y me sentía profundamente sola, pero intentaba no pensar mucho en eso, ya que tenía que descubrir que había ocurrido allí fuera.

Durante todo este tiempo sola, estuve investigando como funcionaba el búnker. Al parecer tenía conexión con otros búnkeres repartidos por el mundo. Pero nunca llegué hacer funcionar la intercomunicación entre búnkeres.

Connection lost... try again.

Lo que si que tenía era un mapa de todos los búnkeres y me estaba quedando sin víveres para sobrevivir a pesar de haberlos racionalizado. Decidí salir del búnker. ¿Qué era lo peor que me podía pasar?

Preparé una mochila con víveres y salí del búnker con un traje anti-radiación. Al salir, todo estaba verde y al parecer había una atmósfera limpia. Me quité el traje.

Nunca había respirado un aire tan puro. Me eché a llorar.

Photo by Cole Patrick on Unsplash
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El paisaje era increíble. Estaba lleno de vegetación. Caminé varios kilómetros en dirección al búnker más próximo y me percaté de algo. No se escuchaban cantar pájaros y ni vi ningún animal.

Empecé a vislumbrar el búnker 238 a la lejanía. Tras caminar unos metros más, vi que la puerta de ese búnker estaba abierta. No podía ser. ¿Habían salido? ¿Había más gente viva a parte de yo? Fui corriendo y al llegar a la puerta encontré varios esqueletos en el suelo.

Tenía que descubrir que había pasado. Fui al siguiente búnker más cercano pero estaba vacío y con los víveres en mal estado.

Proyecto Aquila: Los científicos habían descubierto algo

Deambulé varios kilometros más en búsqueda de varios búnkeres más, pero no estaban accesibles. Me estaba volviendo loca y no sabía que hacer exactamente. No había visto ni un animal por toda la zona.

Empecé a leer los diarios de los búnkeres a los que pude acceder para saber que había pasado en cada uno de ellos. En el búnker 238 al parecer había un grupo de científicos que habían pertenecido al Proyecto Aquila.

Había mucha información que no acababa de comprender, pero leí que hablaban de una ciudad a pocos kilómetros de ese búnker. Al parecer había unos laboratorios. Pensé entonces que igual sería buena idea ir hacia esos laboratorios. Con suerte me encontraré con alguien y podré descubrir algo sobre lo sucedido -si seguían vivos-.

Photo by Joseph Chan on Unsplash
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Me puse a caminar a dirección a esa ciudad mientras leía el resto del diario del búnker. Descubrí que los científicos de ese búnker estaban estudiando algún tipo de virus. Me pregunté si yo estaría infectada o si habían encontrado alguna solución. De estarlo, seguramente ya estaría muerta.

Tras leer varías páginas, encontré algo que hizo detenerme en el camino:

Llevamos años dentro del búnker y creemos que estamos a punto de descubrir el problema del virus APR-32341 que ha afectado a la raza humana de forma escalada. Pero necesitamos hacer más pruebas y nos hemos quedado sin material. Debemos de ir al Laboratorio Aquila en la ciudad. Allí podremos seguir investidando.

Hemos decidido que un grupo de 5 científicos irá primero y al cabo de varios meses irá el otro grupo.

En ese momento recordé que en la puerta de ese búnker únicamente había encontrado 4 cuerpos y al parecer habían 10 personas. ¿Estarían vivas en el laboratorio? Seguí leyendo.

Es el momento de partir, nos llevamos algunas pruebas y algunos estudios, hoy es nuestro turno. Si alguien llega a leer todo esto, por favor, dirígete al laboratorio.

Estaba yendo en buena dirección. Estaba segura de que allí iba a encontrarme con supervivientes y que me podrían explicar que había ocurrido.

Los laboratorios

Estaba llegando a los laboratorios. Grité en varias ocasiones por si alguien me podía escuchar. No recibí ningún tipo de respuesta.

El laboratorio parecía muerto. No había nadie y estaba algo deteriorado. Pero me fijé que había camiones del ejercito a fuera.

Photo by Sean Mungur on Unsplash
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Había orificios de balas por todas las paredes. Alguna cosa ocurrió en este laboratorio. Únicamente tenía la esperanza de encontrar algún tipo de diario donde saber que es lo que había ocurrido.

Aún había electricidad en las instalaciones y pude acceder al sistema del laboratorio. Sabía como funcionaba, porque era muy similar al sistema que había en el búnker y después de 10 años pude estudiarlo mucho.

Tras varios meses en el laboratorio leyendo todo tipo de artículos, descubrí que algunos científicos habían descubierto un virus que podía acabar con la raza humana y que el ejército quería utilizar de arma química contra algunos países. Algunos científicos se habían opuesto totalmente a la idea de que este virus acabara en manos militares e intentaron hacer lo posible para evitarlo.

Al parecer, el laboratorio acabó en manos militares tras asesinar a todos los científicos y se convirtió en un laboratorio de experimentación nuclear.

Pasaron muchos años hasta que pude comprender que había pasado. Era una guerra entre países. Al parecer un científico del Proyecto Aquila era un espía de otro gobierno y pasó esa información. Inmeditamente se declararon las peores guerras que había sufrido nuestro planeta. Se utilizó el virus APR-32341 para acabar con algunas grandes ciudades de Europa y Europa respondió con un ataque nuclear. Había zonas del planeta inabitables y todas aquellas que fueron atacadas por el virus, eran perfectamente habitables. Habían acabado con la vida en el planeta y nunca sabría si era la única superviviente.

Photo by Etienne Boulanger on Unsplash
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