La ecuación de Drake y las civilizaciones que aún no conocemos en el universo

La ecuación de Drake y las civilizaciones que aún no conocemos en el universo

Estaba caminando con un amigo por la calle para volver para casa cuando de pronto en el cielo, dirección mar, veo una pequeña "estrella" en el cielo  y le digo a mi amigo "Eso no es un avión, ni una estrella" y pregunté "Sabes que es?". A lo que él me dijo "No lo sé, llevo un par de días viendo eso que parece un planeta".

Rápidamente me instalo en mi móvil una aplicación llamada Sky Map e intento descubrir de que se trata.

Al parecer se trataba del planeta Marte.

Tras llegar a casa, me quedé un rato más mirando las estrellas y me di cuenta que Marte se veía al lado de la constelación del zodiaco Capricornio (Capricornus). Y al estar mirando las estrellas, me acordé de un podcast maravilloso.

Las estrellas y el cielo

Mirar al cielo plagado de estrellas es un ejercicio de humildad que recomiendo a todo el mundo -así empieza el podcast-. No somos capaces de entender de una sola mirada de la inmensidad que tenemos encima nuestro.

Cada punto que vemos, salvo unos pocos, es un Sol, seguramente como el nuestro y que también estará rodeado de planetas. ¿Realmente estamos solos en el Universo? ¿Como es que no hemos contactado aún con nadie?

Tras hacerme estas preguntas, no he podido evitar volver a escuchar el podcast y aprovechar para escribir este post.

La ecuación de Drake

¿Cuantas posibilidades de vida extraterrestre existen? Imaginemos primero cuando aprendemos un idioma de pequeños. Ese instante en el que aprendemos un idioma, no somos conscientes de que existen otros idiomas en el mismo planeta que se leen y pronuncian diferente. Que tienen otro alfabeto o que se leen de derecha a izquierda.

Entonces hay un día que nos damos cuenta de que no seremos capaces nunca de ponernos comunicar con todos los habitantes del planeta Tierra.

Si en un planeta como la Tierra han existido tantos idiomas, imaginad si en otros planetas con vida del universo la de idiomas que pueden existir. Si encontramos vida, seguramente no nos podamos comunicar durante mucho tiempo.

Esto es como cuando se descubrió la piedra Rosetta, suerte que había griego antiguo y pudimos traducir esos símbolos raros que usaban los Egipcios.

Pero volvamos a centrarnos en los posibles extraterrestres, seguramente no nos podamos comunicar, pero ahora mismo, lo único que podemos hacer es buscarlos.

El método que se utiliza hoy en día para buscar civilizaciones más allá de nuestra galaxia, es mediante señales radioeléctricas.

Todo surgió en 1959 a raíz de un artículo publicado por Cocconi y Morrison. Pero fue un radioastrónomo llamado Frank Drake quien intentó por primera vez en la primavera del 1960.

Photo by Galen Crout on Unsplash

Durante varios meses, Drake estuvo apuntando con su antena parabólica de 25 metros de West Virginia hacia dos estrellas cercanas parecidas al Sol. Pero su parabólica no era lo suficientemente potente como para detectar señales ya que solo era capaz de sintonizar una frecuencia de radio.

Pero Drake sentó un precedente y desde entonces se han estado buscando señales de radio procedentes de civilizaciones extraterrestres desde muchos lugares de la Tierra. Pero además, Drake, estudió los factores que influyen en el nacimiento de una civilización técnicamente desarrollada como la nuestra y propuso una ecuación para calcular el número de civilizaciones del universo capaces de proporcionar señales que puedan ser captadas por un radiotelescopio.

{\displaystyle N=R^{*}~\cdot ~f_{p}~\cdot ~n_{e}~\cdot ~f_{l}~\cdot ~f_{i}~\cdot ~f_{c}~\cdot ~L}

Donde N representa el número de civilizaciones que podrían comunicarse en nuestra galaxia y los factores (escritos en orden):

  • Es el ritmo anual de formación de estrellas "adecuadas" en la galaxia -vamos, las que tienen un sistema planetario como nuestro Sol-.
  • De las estrellas con planetas, tan solo una fracción de ellas tendrán planetas en órbita.
  • Es el número de planetas orbitando en la zona de la ecosfera de la estrella. -o dicho de otro modo, que el planeta esté en una órbita óptima como el del la Tierra o en menor medida Marte-.
  • De esos planetas, tienen que haber desarrollado vida inteligente.
  • De esos planetas con vida inteligente, deben de haber alcanzado conocimientos técnicos.
  • De esos planetas con vida inteligente y con conocimientos técnicos, además deben de haber desarrollado una tecnología o haberse intentado comunicar.
  • Y por último, el lapso, es decir, que esa civilización sean tan brutos como para autodestruirse.

Aplicando esta ecuación con sus factores, que van del orden del 0 al 1, y teniendo en cuentas cuantas galaxias hay en el universo, el número de civilizaciones que podrían comunicarse en nuestra galaxia serian únicamente 10. Si no somos tan optimistas, saldrían muchísimas más, pero igualmente, el número seria ridículo.

¿Hay alguien ahí? El futuro de la civilización

Ahora vamos a entrar en la parte dura de verdad: ¿Evoluciona la vida hacia la inteligencia y ésta hacia la civilización? ¿Existe un límite al desarrollo tecnológico?

Según Francisco José Ynduráin, un físico teórico español, toda raza inteligente desarrolla una civilización en tiempo breve. Tras esto, toca preguntarse ¿Cuánto duran las civilizaciones? Teniendo en cuenta las amenazas que pesan sobre ellas, como vienen a ser las clásicas, guerras, agotamiento de recursos energéticos, superpoblación... tocaría añadir una de nueva: la degeneración cultural y biológica de la especie.

Cuanto más avanzado tecnológicamente, cuanto más desarrollado económica y culturalmente está un país o un grupo social, menor es la tendencia a producir descendencia.

Ynduráin, explica que si estas civilizaciones existieran ya se habrían intentado comunicar con nosotros. A veces cuando hablamos de comunicación con extraterrestres nos imaginamos que vienen unos hombrecillos de verde a saludarnos, pero es algo más sencillo.

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Una de las comunicaciones más básicas y más sencillas de hacer con una pequeña base tecnológica, es una comunicación binaria. -un pulso intermitente, con un láser potente o bien con una señal de radio-.

Aún así, una civilización debería de comunicarse en una secuencia no natural, como los números primos, eso no se podría ignorar debido a que la secuencia es imposible que aparezca naturalmente.

Entonces, ¿Si no hay contactos, que ocurre?

Esto plantea una conclusión muy preocupante y Ynduráin explica que seguramente sea debido a que estamos llegando al máximo límite de desarrollo tecnológico de nuestra civilización.

Vamos, que si hubiera un límite aún más superior, es de esperar, que en alguna estrella alguna civilización lo consiguiera y nos hubieran contactado. Por ese motivo, el que no nos hayan contactado nunca, una respuesta muy sencilla es que es imposible pasar a un nivel tecnológico superior al que tenemos nosotros.

¿Deprimente, verdad? Quizá nos encontramos en la cúspide de la civilización y ahora todo sea volver hacia atrás.